Dada la situación del conflicto en Ucrania, nos preocupan enormemente las repercusiones humanitarias que pueda tener sobre la población en Ucrania y los países vecinos.
Desde el punto de vista económico y de mercados, la situación es, desde luego, inestable. En consecuencia, estamos monitorizando la información muy de cerca y a múltiples niveles, entre ellos:
- Impacto directo en los activos: se espera que sea pequeño, dado el pequeño tamaño de los mercados ruso y ucraniano en un contexto global y dado el grado de diversificación de la cartera
- Principales impactos: incremento de la inflación y precios de las materias primas donde el volumen de la participación en las exportaciones mundiales de Rusia y Ucrania es notable. Destacan el petróleo y gas rusos, así como el trigo y el maíz.
De cara al futuro, esperamos que esta situación, junto con otras consideraciones macroeconómicas más amplias (como el endurecimiento de las políticas de los bancos centrales y el aumento de la inflación), probablemente causen que la volatilidad de los mercados se asemeje más a su media histórica y menos a los niveles bajos experimentados en la última década. Por esta razón, seguimos apostando por carteras altamente diversificadas que buscan proteger (e incluso añadir) valor en momentos como éste.
A pesar de la inestabilidad actual y el estrés producido por las consecuencias de la guerra, nuestras expectativas en el medio y largo plazo nos hacen focalizarnos en la inflación y en el cambio de la política monetaria más restrictiva.
Durante los primeros tres meses del año la mayoría de los activos acumulan pérdidas. En los principales mercados de renta variable a pesar de seguir en números negativos, se ha producido una fuerte recuperación durante la última quincena de marzo, aproximadamente un 10% desde mínimos. A cierre de marzo, el mercado americano acumula pérdidas de un -4,6% en USD, en Europa las pérdidas acumuladas alcanzan los -8,9% y los mercados emergentes también caen un -7% en USD.
En renta fija, las elevadas lecturas de inflación y el tono agresivo de los bancos centrales en relación a la retirada de estímulos y el incremento de las expectativas de subidas de los tipos han tensionados las curvas. La rentabilidad del bono americano a 10 años sigue al alza y se ha situado en 2,3% al igual que el bono europeo que se sitúa en torno a 0,6%.
El activo que mejor se comporta este año son sin duda las materias primas con una rentabilidad del 35% en el año en agregado. Destacaría el incremento del precio del gas natural en aproximadamente un 60%, el petróleo en un 40% y la soja y el maíz en un 25% cada uno. Además, en el mercado de divisas el dólar ha actuado como activo refugio con una apreciación del dólar de un 2,7%. Desde la Comisión de Control junto con la Entidad Gestora y nuestro Asesor de Inversiones estamos monitorizando continuamente los movimientos del mercado por si tuviésemos que tomar cualquier decisión respecto a las inversiones del Fondo de Pensiones.